Las margaritas son una flor muy común en los hogares. Y es que resulta muy colorida y efectiva a la hora de decorar espacios interiores o exteriores. Otra de sus indiscutibles ventajas es que es bastante fácil de cuidar. A continuación, te damos los mejores consejos para el cuidado de las margaritas. ¡Y que duren!
Tipos de margaritas y sus cuidados
La margarita tiene una gran cantidad de tipos y variedades con diferentes tamaños, tipos de flor y colores. Existen más de 140 especies diferentes de margaritas. No obstante, la más típica tiene el centro de un color amarillo vivo y está rodeado por pétalos alargados y de color blanco.
Lo ideal a la hora de conocer el cuidado de nuestras margaritas es preguntar en el momento de la compra o buscar información sobre la especie en concreto. No obstante, a pesar de la variedad de especies, los cuidados son bastante similares pues se trata de una planta resistente, aunque sí se pueden encontrar pequeñas diferencias entre unos tipos y otros.
La mayoría de ellas necesita un suelo húmedo (sin llegar a encharcar) y luz directa del sol. No obstante, por ejemplo, la margarita Bellis Perennis se encuentra mejor en la semisombra.
Cuidados de las margaritas
Me quiere, no me quiere, me quiere… Con los consejos para el cuidado de las margaritas que vamos a darte a continuación, nos aseguraremos de que tu margarita sí te quiera y lo más importante, crezca sana y feliz.
Las margaritas, en general, tienen un carácter silvestre y viven en suelos poco exigentes y a pleno sol, con lo cual esto ya ofrece una idea sobre que no necesita demasiados cuidados y que es buena idea colocarla al sol. De hecho, no se lleva muy bien con temperaturas heladas.
En cuanto al suelo, soportan bien la falta de agua. Es recomendable regarlas a demanda (cada dos o tres días en verano y cada 15 en invierno) pero sin encharcar. Generalmente, la tierra arcillosa es una buena opción, aunque se adaptaría casi a cualquier tipo de arena.
Solución y consejos a los problemas más comunes del cuidado de margaritas
Las margaritas, como hemos dicho, son flores muy resistentes y requieren pocos cuidados por lo que, por norma general, tampoco suelen dar problemas. No obstante, te contamos algunos de los más comunes que pueden surgir y cómo solucionarlos fácilmente.
- Si lo tallos crecen mucho y no se mantienen rectos, puedes enterrar una varilla y sujetarla al tallo para que le haga de soporte. Esto permitirá que crezcan rectos.
- Si observas las hojas marchitas, lo más probable es que le falte agua.
- Si las flores duran muy poco, puede ser exceso de calor. Mueve la planta a un lugar un poquito más fresco pero que le siga dando el sol.
- Si los capullos no se abren, suele ser por falta de luz natural.
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